27 octubre, 2006

Una oscura nube

La nube sobre los fumadores se hace cada vez más oscura
Cáncer de pulmón. Enfermedades cardíacas. Ataques cerebrales. Hijos prematuros. Justo cuando pensábamos que las noticias sobre el cigarrillo y la salud no podían ser peores, lo son un poco más.
Investigadores de Dinamarca determinaron que el riesgo en vida de desarrollar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, como bronquitis o enfisema, es significativamente mayor de lo que se creía anteriormente. A través del Estudio de Corazón de la Ciudad de Copenhague, que comenzó en 1976 y todavía sigue vigente, los investigadores estudiaron a más de 8.000 hombres y mujeres entre 30 y 60 años, concentrándose principalmente en los factores de riesgo cardiovascular y pulmonar. Ningún otro estudio analizó la función pulmonar en los fumadores durante tanto tiempo. "Nuestro estudio demuestra que existe un riesgo de por lo menos el 25%. Uno de cada cuatro fumadores desarrolla una enfermedad pulmonar obstructiva crónica", dice el Dr. Peter Lange, del Departamento de Cardiología y Medicina Respiratoria del Hospital Hvidovre en Dinamarca y autor del estudio publicado la semana pasada en el diario online Thorax. "Antes, pensábamos que el riesgo absoluto era de aproximadamente el 15%". La gente que nunca fumó tiene menos de un 5% de riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, según el estudio. Si se suman todos los riesgos de enfermedad cuantificados hasta el momento, aproximadamente la mitad de los fumadores continuos morirán de una enfermedad vinculada al cigarrillo, perdiendo un promedio de 6 a 10 años de vida, dice Lange. El estudio no hace una diferencia entre quienes fuman mucho o poco. Los investigadores dividieron a la gente según la fecha en que dejaron de fumar, en un período de 25 años. Cuanto más tiempo había pasado una persona sin fumar, menor su riesgo. Pero dejar de fumar incluso después de muchos años tiene efectos inmediatos. "Hay una cesación de síntomas como la tos y la producción de flemas y un riesgo menor de infecciones de pecho", dice Lange. Sin embargo, no se recupera lo que ya se perdió. "Si la función pulmonar es reducida al momento de dejar de fumar, no regresará a un estado normal", dice Lange. Aún así, cuando un fumador deja de fumar, los pulmones empiezan a envejecer naturalmente desde ese momento en adelante. Uno de los primeros estudios en examinar el efecto de los programas para dejar de fumar en la mortalidad, publicado en los Anales de Medicina Interna el 15 de febrero de 2005, hizo un seguimiento de 5.887 personas de edad mediana durante más de 14 años. Los que dejaron de fumar redujeron significativamente sus riesgos de cáncer pulmonar, enfermedades cardíacas y afecciones respiratorias. "Dejar de fumar implica que el daño de los pulmones se detiene", dice Lange. Como el estudio de Dinamarca sigue monitoreando los pulmones de la gente que deja de fumar –y sigue viva-, parece que las afecciones respiratorias se vuelven más probables con el tiempo, según un editorial del Dr. Nicholas Anthonisen del Hospital Respiratorio de la Universidad de Manitoba, y autor del estudio sobre mortalidad del 2005. Anthonisen escribe: "Se puede decir que muchos fumadores (tal vez la mayoría) son 'susceptibles' a sufrir una enfermedad pulmonar obstructiva crónica si viven mucho tiempo".
© Los Angeles Times Traducción de Claudia Martínez.

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